jueves, 24 de mayo de 2007

La Cruz de Olvido

Mucha risa.... ¿no?

Soy recalcitrante fan del FC Barcelona, me va la vida en cada uno de sus juegos, mi perro se llama Barça y si tuviera otro, ni lo dudaba: Atlas. Siempre promesa, la cantera más prolífica del fútbol nacional, pero no pasamos de eso, promesas, niños prodigio y la mejor escuela de porteros del país. Pero tramposos no somos.

Hoy escribo de un equipo que no me va ni me viene, pero que de ser a todas luces una institución seria, pasó a ser algo así como el sindicato del terror. Es correcto, el siniestro Cruz Azul.

Dan es un joven periodista deportivo -conocido por muchos- que está haciendo sus prácticas donde trabajo, fanático del Cruz Azul, todavía es muy visceral con sus juicios (afortunadamente) y le afectan como aficionado hasta las cosas más inverosímilies. Ese día me saludó con un tristísimo:

‘Al menos el Atlas pudo pelear en la cancha, que vergüenza ser del Cruz Azul’.

¡Claro! La descalificación del Cruz Azul la ve uno como cosa ‘vaciada’ pero ¿Y los fanáticos? Cuanta verdad, qué cierto… ¡Que vergüenza!

A los poco familiarizados con el tema aclararles que el Cruz Azul fue eliminado de la liguilla por haber alineado a un jugador (de cuyo nombre no quiero ni acordarme) reincidente en caso positivo de dopaje aún a sabiendas un día antes que éste había sido suspendido de por vida de cualquier competencia avalada por FIFA… Lo que le llaman trampa, pues.

Y entonces se arrancó Dan con un sinfín de argumentos… todos válidos:

‘Todo eso de lo que presumíamos ha sido liquidado por un grupo de tramposos y buenos para nada que tenían a un equipo compitiendo bajo una mentira, “luchando” por un campeonato que era imposible ganar, yo gasté mi dinero en ir a ver partidos que en realidad es como si nunca se hubieran jugado gritado goles que no valieron al final. Eran ficticios’.

‘Queda muy lejano el día en el que volveré a ilusionarme por el Cruz Azul, aún si ganan un campeonato en el futuro. Desconfío de que esa ilusión sea real y no estoy dispuesto a sufrir de nuevo el golpe que he vivido en la última semana. Me han hecho mucho daño’.

Dan no fue tan poético, es verdad, palabras más palabras menos, pero bueno… La idea es esa.

Reflexión atlista: Como mi corazón es negro y rojo…¡Yo no sufro ni me acongojo!

martes, 22 de mayo de 2007

Soy Mexicana, soy Chiva y Soy Mujer



Aunque estoy acostumbrada a explicar mis “mexicanidades” con la gente de otros países, fue raro ganarme el calificativo de “chistosa” al referirme a mi afición al deporte de las patadas y en el que a veces, solo a veces, grito y me deprimo mucho más que mi marido cuando el equipo de mis amores pierde un partido de semifinal.

Tengo una amiga colombiana, supongo que demasiado femenina y que no tuvo el padre que yo tuve, con la que en una plática de café resultó que soy “muy chistosa” porque está bien aficionarse al fútbol pero, ¿Qué ese deporte no es cosa de hombres? Porque bueno, ella cree que las mujeres también pueden gritar GOOOOOOOOOOL pero sólo en el mundial y sólo cuando juega la representación de su país.

Yo, para mi gracia o ya no sé si desgracia, tuve un papá al que le hubiera gustado que su primogénito fuera hombre, asi que me compró carritos, trenes, camiones de bomberos, me llevó a las carreras de motos, a las de Fórmula Uno y a veces también hasta lo acompañé a una cantina para comer birria y ver alguna de las peleas de Julio Cesar Chávez en pago por evento. Así que con una infancia como esa, fue difícil no ser por lo menos panbolera ¿no les parece?

Nací en un país donde tienes 20 opciones para aficionarte en la primera división, donde tan solo en la capital –donde siempre viví- están tres de los cuatro equipos más populares de toda la nación y, para rematar, en donde los grandes clásicos y las grandes rivalidadedes se dan entre las Águilas del América y las Chivas del Guadalajara.

En ese país futbolero que se divide de amarrillo (América) o rojo (Chivas) cuando algún domingo de clásico a las 12 del día el arbitro pita y el perro Bermudez grita “Aficionados que viven la intensidad del fútbol”, es imposible no estar en algún bando y aunque no te guste el deporte, es muy posible encontrar a alguien que no le vaya a ninguno pero que igual dice “ojalá que ganen” u “ojalá que pierdan”.

Para darles un poco de contexto los de Coapa, como le dicen también al aguilucho equipo propiedad de Televisa, son símbolo del niño rico, de los que abren la cartera y compran con facilidad al o los jugadores más caros, a los que tienen su plantilla con el tope máximo de extranjeros y por lo menos para mí, son símbolo de los fanfarrones, de los habladores que caen mal antes de que los conozcas, porque creen que son superiores, que son ganadores desde antes y a veces son imagen de buenos pero también de los más nacos jugadores sobre la faz de la tierra. Si no, acuérdense de Cuauhtémoc Blanco cuando levantó su patita como perro que orina en la calle luego de anotar un gol.

Las Chivas, por el contrario, representan al pueblo, porque el total de sus jugadores siempre y desde siempre han sido sólo mexicanos, porque tienen 10 títulos ganados con esfuerzo más que con grandes presupuestos.

En ese contexto, aunque me vuelva a ganar el calificativo de “chistosa”, espero con ansia la Copa Oro, para que México sea campeón y, si se puede, ganándole a los Estados Unidos... mejor.

Alguna herida tengo que curarme ahora que precisamente los del América eliminaron en las semifinales a mis Súper Chivas.

viernes, 11 de mayo de 2007

Si persiste las molestias...



Por si fuera poco enfermarse, salir de circulación o estar moqueando todo el día en el trabajo, acudir a un doctor es el acabose. Tienen la sangre helada, no reparan en lo mucho que nos pueden afectar sus palabras. Desalmados seres.

Me diagnosticaron hace unos meses ‘Rinitis alérgica’ y todo a raíz de un profundo sangrado nasal que me contuvo el Doctor Meléndez en el Sanatorio Durango con el procedimiento médico más doloroso de toda mi vida… y eso que ya he pasado por la plancha del quirófano.

Terrible, con unas pinzas puntiagudas me embutió –literalmente- dos metros de algodón por la nariz… Espeluznante. No se lo deseo ni a mi peor enemigo… sólo a George Bush o a Cuauhtémoc Blanco.

En fin, salí de ahí como santo cristo, como JC Chávez cuando peleó contra Mayweather y me pasaron al consultorio de ‘valoración’, ahí una amable doctora me dijo que mi problema era de alergia y que lo íbamos a combatir con dos medicamentos: Dilarmine y Rinelón.

Fuera de contexto, estos dos podrían ser perfectamente la pareja malvada que está apunto de apoderarse de Metrópolis, dos súper villanos contra los que tendrá que vérselas Superman para evitar sus fechorías.

Los nombres de las medicinas son infames, es más, ni siquiera se acercan a su verdadero fin, ¿por qué un jarabe contra la tos se tiene que llamar Robitusin?… ¿no sería mejor y más amigable un simple Quita-Tos?

Si te lastimas jugando fútbol tienes que tomar Robaxisal y untarte Volfenac emulgel, son más dolorosos los nombres que el esguince en sí. Si no fuera ya de por sí terrible tener lombices, tienes que tomar Vermox al menos una ves cada seis meses para erradicarlas de tu barriga.

Lo único más molesto que los hemorroides son el nombre de su remedio: Xilo-Proct... ya sabes donde te lo tienes que poner.

Para las agruras (y acidez) Genoprazol, Nexium, Losec … ¿Por qué no llamarle Antiacidín o KitaP2**?

**Ese sí existe… lo venden en Super Soya

Si sube la fiebre y diagnostican infección, Amoxicilina has de tomar; un antibiótico eficaz, de rápido efecto y amplio espectro en sus presentaciones comerciales: Trimox, Wymox, Amoxifur, Amoxinovac, Amplidon, Bromixsen, Grunicina, Pentibroxil, Secretovit, Trifamox… De venta en su farmacia de confianza.

Con Adepxique puedes dormir placidamente, aunque su nombre te cause pesadillas y si acaso tienes jaqueca Prodolina es la respuesta.

Si persiste las molestias consulte a su médico.

jueves, 10 de mayo de 2007

¡A la madre! …. en su día.

Hasta dónde son importantes las fechas que celebramos? Qué tan importante es que los demás digan que hoy es día de la tierra, del taco, de la familia, del abuelo, de la batalla de Puebla o 5 de mayo, de los expresidentes, de los veteranos, etc., etc., etc.?

Cuando vivía en México me daba lo mismo si alguien me felicitaba el día del estudiante. El día internacional de la mujer si me importaba un poco, sobre todo si amanecía feminista, aunque sea para estar a tono. El 10 de mayo era la fecha en que hay comida en casa de mi abuela, cuando hay que comprarle algo a mi madre y felicitar a mis tías o a la suegra. El día de mi cumpleaños, ese sí, siempre ha sido super importante, siempre quise celebrarlo con una gran fiesta, amigos, alcohol y baile, bueno por lo menos hasta la universidad, pero el día de las madres no adquirió este significado hasta que fui madre por primera vez.

El primer 10 de mayo que pasé, no me supo tanto porque estaba embarazada, no había quien me dijera la palabra mágica y bueno para el segundo aunque mi hija, aún no sabía hablar la celebración adquirió un tinte especial, finalmente es la obra mas grande que he realizado, darle vida a otro ser es en sí mismo un gran acontecimiento.

A las que les importan y a las que no les importan los convencionalismos, a las que ya les tocó vivir y no el significado de parir o dar a luz, a las que tienen, a las que ya no tienen, a las que intentan serlo, a las que estamos lejos y aunque por eso no vaya a comer a casa de mi abuela, Feliz Día de las Madres, al estilo de México porque para mí, aunque viva en otro país el 10 de mayo es hoy. ¡Feliz Día Mamá!

Un día de mierda

Anoche salgo de casa de una amiga a las 12:30, me estaba haciendo unas fotos, ya las veréis. Camino hacia el coche con los ojos entre cerrados para no ver la multa que me podían haber puesto, me libré. Dejé la luz encendida, ¡mierda, se me jodió la batería! Aprieto los dientes para arrancar el coche sin querer arrancarlo, arrancó. Llego al primer semáforo y al pisar el freno se me resbala el pie ¿Qué coño pasa? Atino a frenar, pero sigue patinando. Quizá el hambre o seguro el sueño, en realidad no se que mierda me pasó por la cabeza pero alargue la mano izquierda para tocarme la suela del zapato. Gilipollas, siento un líquido semisuave, semiespeso, ¡mierda, pisé una mierda! Es inevitable pisar una catalina, mancharte la mano y no llevártela a las narices. Hay una necesidad humana de oler la mierda que tenemos en las manos, vómito, mocos, tierra y por su puesto, mierda.

Viajo a casa con la mano en la ventana, por Ponce de León tengo los dedos pelaos de frío. Me paso un semáforo en ámbar-rojo más rojo que ámbar. Un policía detrás de mi Sebring se lo vuela conmigo, ¡mierda, ahora sí me ponen una multa! Llegó a casa, paso una noche de mierda. Sebastián no duerme bien la últimas tres semanas, hoy no fue diferente. Se despierta a las seis, bajo, lo cambio, lo pongo en su silla, enciendo el ordenador. Se caga, nadie se da cuenta, la mierda se sale pierna abajo, ¡mierda, hay mierda por todos lados Lari!

Llevo dos horas corriendo mierda. Una coma, un acento, una nota que no sale en la sección de la Libertadores, un foto álbum que no sale en Deportes. ¡Mierda, las nueve y media, me tengo que ir!

Hoy, si os trato mal es porque de momento llevo un auténtico día de mierda.

El Mortero

miércoles, 9 de mayo de 2007

Cuando pase el temblor


Fue hace más de veinte años, lo recuerdo bien. Apenas habían transcurrido unos meses del terremoto que sacudió a la Ciudad de México en 1985, cuando un grupo argentino relativamente nuevo cimbró con su tema “Cuando pase el temblor”. "... a veces siento temor, a veces verguenza. Estoy sentado en un crater desierto, sigo aguardando el temblor, en mi cuerpo. Nadie me vio partir, lo sé, nadie me espera. Hay una grieta en mi corazón, un planeta con desilusión, con desilusión". La letra realmente no tenía nada que ver con el fenómeno natural de las sacudidas, pero me llegó tan hondo, que ahora la cito para comparar lo sucedido en este blog… “Cuando pase el temblor”.

Después del vertiginoso arranque de Mortero y Hormigón, con un promedio de publicación casi diario, de pronto nos encontramos sumergidos en un vacío de diez días en los que nadie dice (decimos) nada y ante esa situación me pregunto ¿Se nos pasó el temblor de expresar ideas o la creatividad ‘nomás’ nos dio para un mes? ¿Será que encontramos otros espacios para estirar las piernas de la imaginación?

No sé realmente cuál sea mi propia excusa, pero lo que tengo muy claro en estos tiempos en los que la vida se vive a millón por hora, es que la nostalgia me ha pegado y fuerte. ¿Dónde quedaron esos despertares de ansiedad por plasmar y leer las comezones del grupo? ¿Es que ya nadie tiene el humor para compartir las frustraciones de la vida cotidiana?

Aunque quisiera pensar que todos hemos alcanzado la bonanza en nuestras vidas y que por eso ya no tenemos nada que contar, creo que nos ha pegado el síndrome post Reyes Magos, donde el juguete nuevo quedó arrumbado junto al guante de béisbol, la raqueta de tenis, la bicicleta, el PS2 y todo aquello que un día nos inventamos para distraernos un poco de la cotidianidad del trabajo.

Yo aún no tengo claro qué de todo lo anterior me sucedió, pero estoy llegando a la conclusión de que todo es culpa de Hormigón y su Depresión post-Sopranos. Pa’ qué les voy a mentir. Desde que lo leí solo quise pegarme al televisor y repasar las dos temporadas de Rome. También me cogí (ese verbo lo aprendí a usar de manera descarnada desde que llegué a Miami y ahora lo uso también de forma descarada) las temporadas previas de Entourage y ahora estoy enganchado con los “new episodes”. También me estoy reviviendo la primera (y al parecer única) temporada de Lucky Loui… una joyita de tres pesos que cómo me hace reír.

En fin, todo este rollo de presiones y depresiones, es básicamente para indagar, para entender, para descubrir, para saber qué chingados les pasó y por qué ya no escriben. ¿Es que acaso se les perdió su password? Lo digo porque a mí sí… pero lo he recuperado y estoy de vuelta (ese dato no sé si sea bueno o malo, pero así es). So anyway (citando de nuevo los modismos del spanglish floridiano), ya salgan de su letargo, alebréstense y salpiquen un poco de su genialidad, que a todos nos hace falta.