martes, 22 de mayo de 2007

Soy Mexicana, soy Chiva y Soy Mujer



Aunque estoy acostumbrada a explicar mis “mexicanidades” con la gente de otros países, fue raro ganarme el calificativo de “chistosa” al referirme a mi afición al deporte de las patadas y en el que a veces, solo a veces, grito y me deprimo mucho más que mi marido cuando el equipo de mis amores pierde un partido de semifinal.

Tengo una amiga colombiana, supongo que demasiado femenina y que no tuvo el padre que yo tuve, con la que en una plática de café resultó que soy “muy chistosa” porque está bien aficionarse al fútbol pero, ¿Qué ese deporte no es cosa de hombres? Porque bueno, ella cree que las mujeres también pueden gritar GOOOOOOOOOOL pero sólo en el mundial y sólo cuando juega la representación de su país.

Yo, para mi gracia o ya no sé si desgracia, tuve un papá al que le hubiera gustado que su primogénito fuera hombre, asi que me compró carritos, trenes, camiones de bomberos, me llevó a las carreras de motos, a las de Fórmula Uno y a veces también hasta lo acompañé a una cantina para comer birria y ver alguna de las peleas de Julio Cesar Chávez en pago por evento. Así que con una infancia como esa, fue difícil no ser por lo menos panbolera ¿no les parece?

Nací en un país donde tienes 20 opciones para aficionarte en la primera división, donde tan solo en la capital –donde siempre viví- están tres de los cuatro equipos más populares de toda la nación y, para rematar, en donde los grandes clásicos y las grandes rivalidadedes se dan entre las Águilas del América y las Chivas del Guadalajara.

En ese país futbolero que se divide de amarrillo (América) o rojo (Chivas) cuando algún domingo de clásico a las 12 del día el arbitro pita y el perro Bermudez grita “Aficionados que viven la intensidad del fútbol”, es imposible no estar en algún bando y aunque no te guste el deporte, es muy posible encontrar a alguien que no le vaya a ninguno pero que igual dice “ojalá que ganen” u “ojalá que pierdan”.

Para darles un poco de contexto los de Coapa, como le dicen también al aguilucho equipo propiedad de Televisa, son símbolo del niño rico, de los que abren la cartera y compran con facilidad al o los jugadores más caros, a los que tienen su plantilla con el tope máximo de extranjeros y por lo menos para mí, son símbolo de los fanfarrones, de los habladores que caen mal antes de que los conozcas, porque creen que son superiores, que son ganadores desde antes y a veces son imagen de buenos pero también de los más nacos jugadores sobre la faz de la tierra. Si no, acuérdense de Cuauhtémoc Blanco cuando levantó su patita como perro que orina en la calle luego de anotar un gol.

Las Chivas, por el contrario, representan al pueblo, porque el total de sus jugadores siempre y desde siempre han sido sólo mexicanos, porque tienen 10 títulos ganados con esfuerzo más que con grandes presupuestos.

En ese contexto, aunque me vuelva a ganar el calificativo de “chistosa”, espero con ansia la Copa Oro, para que México sea campeón y, si se puede, ganándole a los Estados Unidos... mejor.

Alguna herida tengo que curarme ahora que precisamente los del América eliminaron en las semifinales a mis Súper Chivas.

4 comentarios:

Iván Carrillo dijo...

Con cierta regularidad me he quejado en Mortero y Hormigón respecto a todo lo que uno se pierde con el matrimonio. Sin embargo en esta ocasión debo agradecer infinitamente al Dios del fútbol, que mi mujer sea panbolera y aficionada del mismo equipo que yo, porque así, por lo menos cada que juegan las Chivas, puedo ver tranquilamente las transmisiones sin que me pregunten ¿cuánto falta para que termine? Por si fuera poco, en casa también tenemos fuerzas básicas, pues la pequeña Frida, a sus casi tres años, cada que escucha que alguien grita gol, sin importar quién esté jugando e incluso si su padre está pegado al Playstation, ella invariablemente grita "goool e tibas"... ¡Qué grande nuestra esférica, rojiblanca y familiar enajenación!

Madre Ada dijo...

Con esta infancia de padres amantes de las Chivas mi hija algun dia tambien escribira quejandose de nosotros que gracias a esta "familiar enajenacion" aprendio a festejar los goles de las Chivas antes que a decir su nombre completo. P.D. Supongo que no hace falta aclarar que "goool e tibas" quiere decir !!!!!Gooool de Chivas!!!!

Millet dijo...

Mmmm... no sé, eso de ganar 'solo con esfuerzo' no es del todo cierto... la cartera del señor Vergara también ha soltado mucho dinero, siendo honestos, el único jugador de peso (y me refiero a PESO) que proviene de la cantera de Guadalajara, es Omar Bravo, los demás.... todos 'importados'.

Finísima Persona dijo...

¡Ah, mi querido Hormigón! ¡Que no te oigan los Dioses del Panbol! Las Chivas de Vergara es tan sólo un breve, brevísimo capítulo del historial del Guadalajara (dicho sea por tu servidor, un hincha acérrimo de los Pumas de la UNAM y detractor #1 del megalomaniaco magnate Vergara).

En México es de lo más sencillo odiar al América por todo lo que representa, pero hay que reconocer que el Chiverío (aún en su etapa moderna) tiende a salvarse de la crítica por el simple hecho de su fidelidad a alinear sólo a mexicanos sobre la grama.

Y sí, la cantera ha sido descuidada en favor de comprar cracks "armados" en otros planteles, pero la tradición rojiblanca sigue siendo asunto para respetarse. Yo, por mi parte, nunca podré detestar a un equipo donde han militado algunos de los mejores sobrenombres en la historia del balompié:

"Tubo" Gómez, "Bigotón" Jasso, "Hijín" Cárdenas, "Sheriff" Quirarte, "Jamaicón" Villegas, "Chepo" de la Torre, "Gusano" Nápoles, "El Cura" Chairez, "Campeón" Hernández... ¡Ingenio puro!

Saludos a mi hermano postizo "Nicanor" Rojas, que es Chiva de corazón.